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El mandatario libertario tuvo su primera participación en la 79 Asamblea General de las Naciones Unidas que se celebra en Nueva York, a la que acusó de imponer su agenda ideológica.
El presidente Javier Milei brindó este martes su discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU), en donde se mostró, una vez más, en contra de la llamada «Agenda 2030», por lo que adelantó que Argentina abandonará la “posición histórica de neutralidad” para estar a la vanguardia “de la lucha en defensa de la libertad”.
El libertario sostuvo que la ONU se ha transformado en un “leviatán de múltiples tentáculos” que impone una agenda ideológica a sus países miembros.
Al disertar en la 79 Asamblea General de las Naciones Unidas que se celebra en Nueva York, el Presidente afirmó que esa organización es “impotente en brindar soluciones a los verdaderos conflictos globales como la aberrante invasión rusa a Ucrania”.
“Tampoco ha cumplido satisfactoriamente su misión de defender la soberanía territorial de sus integrantes, como sabemos los argentinos de primera mano en la relación con las Islas Malvinas”, expresó Milei.
Asimismo, el Jefe de Estado aseguró que la Agenda 2030 que impone la organización, “aunque bienintencionada en sus metas, es un programa de gobierno supranacional de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan con la soberanía de los Estados-nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas”.
“Estamos ante un fin de ciclo” donde el “postureo moral de la agenda woke se ha chocado con la realidad y ya no tienen soluciones creíbles para ofrecer” a los problemas reales del mundo, sostuvo Milei.
Por último, el mandatario hizo público el disenso con el Pacto del Futuro suscripto el domingo, tras poner de manifiesto cómo “una organización que nació para defender los derechos del hombre” se convirtió en los últimos años en “una de las principales propulsoras de la violación sistemática de la libertad” como lo fueron las cuarentenas a nivel global durante 2020, a las que consideró que “un delito de lesa humanidad”.
